Capítulo 2

"¡Buenos días, mundo!".

Giré la cámara hacia mí para presentarme.

"Mi nombre es Sam Lovgren, y os doy la bienvenida oficial a mi canal de youtube".

Sonreí, y anduve unos metros para salir de mi habitación al pasillo, enfocando la cámara hacia éste. Avancé hacia la cocina.

"Y aquí es donde vivo yo. Una casa construida en medio de Falkenhom, un pueblo de no más de mil habitantes situado en la provincia de Västerbotten County, en el norte de Suecia. Un pueblo acogedor aunque en ocasiones aburrido en el que empezamos a tener calor a partir de los siete u ocho grados centígrados".

"Y aquí está...la cocina, como bien podréis observar" dije una vez había entrado. Me dirigí hacia el armario y cogí una bolsa con el pan de molde. Saqué un par de rodajas y las metí en la tostadora. Luego me acerqué a la nevera y saqué una botella de leche. Me serví un poco en un vaso y esperé a que salieran las tostadas.

"Y esto es a lo que yo llamo un típico desayuno en mi día a día. Como podéis ver...".

- Buenos días, hijo.

Apagué la cámara y me giré hacia mi madre, que acababa de entrar en la habitación.

- Mamá, ¿cuántas veces tendré que pedirte que no me interrumpas cuando estoy grabando?
- Lo siento, Sam-me dijo, aunque tenía pinta de sentirlo más bien poco-. Pero necesitaba recordarte que esta noche no podré cenar contigo. Tengo un montón de trabajo y tendré que quedarme allí hasta que lo acabe, por lo que probablemente llegue muy tarde a casa.
- Menuda novedad-murmuré-.
- ¿Cómo dices?
- Nada, nada, yo sólo... disfrutaba de las tostadas.
- Hijo, sé que te resultará difícil de creer. Pero todo lo que hago es por ti, y desde que tu padre se fue no tengo más remedio que trabajar más. Eres todo mi mundo, Sam-dijo mientras se acercaba a mí y me apoyaba una mano en el hombro-. Y me entristece que lo olvides con tanta frecuencia.
- Lo que tú digas, mamá, de todas formas yo...

De pronto recordé algo.

- Mamá, ¿qué hora es?
- Las...siete y cuarto, creo.
- ¡Tendría que estar hace media hora en el parque! No tengo tiempo de desayunar, ¿podrías recogerlo tú, por favor?
- Pues claro, hijo. Pero...

Desaparecí para ir corriendo al cuarto de baño, lavarme los dientes y luego fui a mi habitación. Cogí mi mochila con la bolsa de mi cámara dentro y salí igual de rápido por la puerta de la cocina. Me subí a la bicicleta que tenía allí apoyada y atravesé el jardín a toda prisa, tras lo cual me incorporé a la carretera y seguí pedaleando sin descanso hasta llegar a mi destino.

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